Para que cualquier vehículo con motor pueda moverse de manera autónoma, necesita un sistema de transmisión que lleve la potencia generada por el motor a las ruedas. En el caso de las motocicletas, la transmisión debe ser diseñada de manera distinta a la de los automóviles debido a que solo tienen una rueda con tracción: la trasera. Por ello, las motocicletas cuentan con dos tipos de transmisión: la primaria y la secundaria.
La transmisión primaria es el conjunto de elementos que transmite la potencia y el movimiento del motor al eje de salida bajo condiciones específicas de torque y revolución. Por su parte, la transmisión secundaria es el sistema encargado de llevar la potencia y el movimiento desde el eje de salida a la rueda trasera de la motocicleta.
En cuanto a la transmisión secundaria, existen tres tipos de componentes que pueden variar dependiendo del tipo de moto, el uso previsto y, sobre todo, el cilindraje del motor: cadena, correa y cardan. Según un artículo del Centro de Formación de la Motocicleta, el sistema de cadena funciona mejor en condiciones ambientales adversas, pero requiere un mantenimiento frecuente para lubricar todas sus partes. Por otro lado, la transmisión de correa dentada transmite el movimiento del motor a la rueda trasera, aunque su debilidad radica en su peso y fragilidad, lo que significa que su reemplazo puede ser más costoso que el de una cadena.
Finalmente, la transmisión por cardan utiliza ejes cónicos y distancias variables para transmitir el movimiento desde el motor a la rueda trasera. La gran ventaja de este sistema de transmisión es que tiene un movimiento nulo y requiere muy poco mantenimiento, ya que sólo se necesita cambiar el aceite con regularidad.