Lavar bien tu moto te ahorra tiempo, dinero y protege su apariencia. Incluso con carenados, las motos enfrentan sal, aceite y polvo en la carretera.
La limpieza de una motocicleta no solo elimina sustancias corrosivas de sus piezas y acabados, sino que también ofrece una excelente oportunidad para que los conductores revisen posibles problemas estructurales o de conexión que no son siempre evidentes.
La corrosión de sales y suciedad puede dañar el funcionamiento interno de la moto, especialmente en juntas de goma y conexiones de cableado. Mientras limpias, revisa la cadena por desgaste, verifica la banda de rodadura de los neumáticos y busca fugas de aceite que necesiten atención.
Mantener tu moto limpia es esencial no solo para su mantenimiento, sino también por el placer de verla reluciente. Antes de empezar la limpieza, sigue estos pasos esenciales.
Primero, deja que tu moto se enfríe por completo. Rociar agua sobre una moto caliente puede causar daños debido al cambio brusco de temperatura, pudiendo incluso agrietar el motor.
Reúne los suministros necesarios: Mientras esperas a que se enfríe, prepara un cubo, una o dos esponjas limpias, varios paños secos (de gamuza o microfibra), desengrasante, un cepillo de dientes viejo para lugares estrechos, cera para motocicletas (opcional) y eliminador de insectos y alquitrán si es necesario.
Limpia la cadena primero. Al quitar la suciedad y grasa de la cadena evitarás que estas salpiquen al resto de la moto durante la limpieza.
Evita limpiar tu moto bajo la luz solar directa. El jabón se seca más rápido al sol, dificultando un buen acabado y aumentando las posibilidades de rayas y manchas de agua.
Ahora, sigue estos pasos para limpiar tu moto correctamente:
Paso 1: Prepara tu moto. Antes de enjuagarla, revisa que todas las conexiones eléctricas y cables de bujías estén asegurados. Cubre el escape con un trapo o guante de goma para evitar que entre agua. Retira bolsas u otros accesorios que no deban mojarse.
Paso 2: Enjuaga la moto con agua fría. Usa una manguera en un ajuste bajo para eliminar la suciedad inicial. Un chorro suave es crucial para no dañar el acabado o la pintura.
Paso 3: Aplica el limpiador y frota la moto con una esponja o paño suave. Empieza de arriba hacia abajo, en las áreas más limpias primero, y enjuaga la esponja regularmente. Usa un cubo separado solo para enjuagar.
Paso 4: Limpia áreas de difícil acceso. Usa cepillos en áreas estrechas o que necesiten un restregado adicional. Pinceles viejos son útiles para componentes sensibles del motor, mientras que cepillos rígidos son ideales para las ruedas y neumáticos.
Paso 5: Enjuaga nuevamente toda la moto. Usa una manguera de baja presión o un spray suave para eliminar restos de suciedad y espuma. También puedes usar una esponja limpia sumergida en agua fría para enjuagar.
Paso 6: Seca la moto. Usa una gamuza o paño de microfibra para secar cuidadosamente la moto, comenzando con superficies pintadas y continuando con el asiento, ruedas, motor y escape. Evita la luz solar directa para prevenir manchas de agua.
Paso 7: Lubrica la cadena. Aplica lubricante en toda la cadena después de secar la motocicleta.
Paso 8: Sal a dar una vuelta. Una vez seca, retira el trapo del escape y lleva la moto a un paseo corto para eliminar el agua acumulada en áreas difíciles. Recuerda que los frenos pueden estar mojados, por lo que empieza con velocidad baja antes de aumentar.
Estos pasos garantizarán que tu moto se mantenga en buen estado y luzca impecable.