El taiwanés Lin Yu Cheng ha imaginado como sería una motocicleta eléctrica capaz de compensar las emisiones indirectas de su fabricación, uso y reciclaje, mediante un sistema de purificación del aire que atraviesa.
Concebida como un concepto, de las manos del conocido diseñador Lin Yu Cheng, nace la motocicleta eléctrica Aether que compensa todas las emisiones indirectas provocadas durante su fabricación, uso y reciclaje purificando el aire que atraviesa. Los filtros de partículas que incorpora en su carenado hacen que por su “tubo de escape” el aire que sale sea más limpio que el que entra. Además de esta curiosa cualidad, esta motocicleta presume de ser pionera en la recarga rápida e inalámbrica ya que sería capaz de recuperar la energía de su batería en tan solo 30 minutos.
El vehículo más deseado por la industria del automóvil, el que se ha convertido en “el conejo blanco” objeto de todos los deseos, no solo debe cumplir la condición de cero emisiones locales, deber ser completamente neutro en carbono, incluyendo la energía necesaria para su fabricación, su uso, y su reciclaje. Hasta ahora, ni el más limpio de los vehículos eléctricos conocidos, los que se fabrican en plantas que funcionan con energía renovable, se alimentan de electricidad procedente del sol y se reciclan casi en su totalidad, pueden garantizar esta condición. Ahora, la motocicleta eléctrica Aether, concebida por el diseñador taiwanés Lin Yu Cheng promete compensar todas sus emisiones indirectas limpiando el aire que se mueve a su alrededor.
Cheng es un diseñador conocido en el mundo de las dos ruedas. De su imaginación nació la Euclid E-Bike, una bicicleta eléctrica futurista, aunque con aires retro, que revoluciona el diseño de la bicicleta eléctrica tradicional. Algo parecido quiere hacer ahora en el sector de las motocicletas eléctricas con la Aether.
El diseño del carenado de este vehículo viene determinado por las grandes superficies que la acompañan que ayudan a dirigen el aire a su interior. Sobre la horquilla, dos grandes placas mandan el aire hacia el lateral del carenado donde presenta dos grandes bocas de entrada que cuentan en su interior con filtros para partículas PM 2.5, aquellas cuyo diámetro es igual o inferior a 2,5 micras (una micras es la milésima parte de un milímetro). El resultado es que el aire que sale por la parte trasera, desde lo que se podría considerar sus “tubos de escape”, resulta ser más limpio que el que entró. Una vez que cada uno de estos módulos de los filtros esté lleno, el usuario puede lavarlo o cambiarlo por otro nuevo.
El sistema que ha diseñado Cheng no difiere del que se emplea en los motores de combustión interna, que funcionan de la misma manera, aunque en este caso, en lugar de suministrar aire limpio a la cámara de combustión va a parar directamente al medio ambiente. En este caso, el uso que se le da al sistema parece una muy buena idea que cuenta con un gran inconveniente. A primera vista se observa que este diseño va en contra de la aerodinámica de la motocicleta, lo que afectaría directamente a la eficiencia y por lo tanto aumentaría su consumo eléctrico reduciendo la autonomía. Por lo tanto, la Aether necesitará hacer muchos kilómetros para compensar el extra de consumo eléctrico al que le obliga su diseño.
Además de ser un purificador de aire de dos ruedas, Aether aspira a ser pionera en la recarga rápida inalámbrica de vehículos eléctricos. Para ello, cuenta con dos bobinas montadas en la parte inferior del carenado, que permiten que cuando la moto de Cheng encuentre un estacionamiento equipado con carga inalámbrica pueda recuperar la capacidad de su batería en tan solo 30 minutos. Por ahora, la infraestructura para dicha tecnología no está disponible, pero eso ya no es culpa del diseñador.