Su pasión por los viajes fue uno de los principales temas de conversación durante su primera cita en 2004. Sin embargo, aparte de algunos cruceros, Janell y Stu Clarke, ambos de Australia, apenas habían viajado fuera de su país en casi una década. En 2009, Janell obtuvo su licencia de motocicleta y Stu la convenció de realizar un viaje por Australia junto a su perra Skyla. Stu, quien anteriormente trabajaba como ingeniero en la fuerza naval australiana, había deseado viajar desde los 18 años, pero esperó a terminar su servicio en la marina. En 2014, cuando Stu dejó la Marina, decidieron que era el momento de explorar el mundo y planeaban viajar durante seis meses, aunque luego extendieron su plan a 18 meses y luego a dos años.
Una de las principales razones para emprender un viaje tan largo fue el costo elevado de los vuelos de ida y vuelta desde Australia. “Pensamos que una vez que salieras de Australia, lo mejor era permanecer fuera tanto tiempo como fuera posible, ya que salir de Australia es muy caro”, explica Stu. Sin embargo, tenían un problema: no podían soportar la idea de dejar a Skyla, su mascota, durante tanto tiempo. Decidieron llevarla consigo y descubrieron que era factible hacer los arreglos necesarios para viajar por el mundo con su perro. Obtuvieron los permisos necesarios para ingresar a todos los países que querían visitar y se aseguraron de que Skyla estuviera bien cuidada en todo momento.
Antes de comenzar su viaje en marzo de 2014, la pareja voló desde Australia a Dallas, Texas, donde compraron motocicletas para iniciar su aventura. Janell eligió una BMW F650GS de 2006, mientras que Stu optó por una G650GS de 2012. Skyla viajaba cómodamente en una transportadora para perros diseñada especialmente para adaptarse a sus necesidades. A medida que viajaban hacia México, Janell y Stu intentaron dejar atrás el estrés del cáncer de Skyla y se enfocaron en el viaje que tenían por delante.
Sin embargo, poco después de cruzar la frontera con México, se enteraron de que el cáncer de su mascota había regresado. Aunque la situación era desafiante, Skyla recibió tratamiento y se sometió a un trasplante de médula ósea, lo que le permitió continuar el viaje. Janell, comenta que aunque las probabilidades estaban en su contra, tenían razones para creer que Skyla podría tener una vida plena y feliz.
Durante su viaje, pasaron por Centroamérica, Sudamérica, Europa, África y otros continentes. Recogieron a dos perros rescatados a lo largo del camino: Weeti en Venezuela y Shadow en Colombia. Aunque inicialmente planeaban encontrarles un hogar, decidieron adoptarlos y continuar viajando con sus nuevas incorporaciones. Viajar con tres perros presentó sus desafíos, cómo encontrar alojamiento que los aceptara y adaptar su ritmo de viaje a las necesidades de los perros. Sin embargo, pudieron lograrlo y actualmente continúan su travesía con todas sus mascotas.
Fuente: CNN