No todos los días te encuentras a una motociclista conduciendo con su perro pastor alemán en la parte trasera de su moto. Así que tampoco es de sorprenderse que la gente se quede viendo a la creadora de contenido Jess Stone y su amado perro Moxie mientras pasan. “Cada auto que pasa a nuestro lado, ellos [las personas adentro] sacan sus teléfonos, casi causando accidentes porque están tratando de tomar una foto”, dice. “Es muy gracioso”.
Stone y Moxie, que pesa alrededor de 34 kilogramos, llevan actualmente 10 meses en un viaje épico en motocicleta que los llevará a recorrer alrededor de 90 países de América Central, América del Norte y del Sur, África, Europa y Asia. La pareja ha estado en la carretera desde marzo pasado, cuando partieron, junto con el esposo de Stone, Greg, que viaja detrás de ellos. “Siempre estoy al frente”, explica Stone. “Quiero atravesar los obstáculos primero”.
Desafío de conducción
Si bien tanto Stone como su esposo estaban decididos a incluir a Moxie en sus viajes, ella explica que “no quería tener un sidecar o un remolque o algo que realmente cambiara la dinámica de la conducción”, ahora que finalmente se sentía cómoda en una motocicleta. Rápidamente comenzaron a diseñar lo que más tarde se convertiría en el K9 Moto Cockpit, un transportín de motocicleta para perros que fabrican, junto con una gama de equipos de camping para perros, a través de su compañía Ruffly.
Después de decidir que estaba lista para una gran aventura con Moxie en el viaje, Stone se acercó a la organización global sin fines de lucro Girl Up, una iniciativa de desarrollo de liderazgo centrada en las niñas, y nació la aventura GoRUFFLY Around the World. “Obviamente quería viajar por el mundo”, dice Stone, quien tiene como objetivo recaudar US$ 100.000 para los proyectos de empoderamiento global de Girl Up. “Pero también quería mostrarle a la gente que puedes hacerlo con un perro grande”.
Compañera constante
“Es como si pudieras experimentar la aventura dos veces”, explica. “Lo experimentas por ti mismo. Y luego lo experimentas desde su perspectiva, porque ella está justo detrás de mí. La veo [a Moxie] en mi espejo todo el tiempo. Su cabeza está justo contra mi costado. A veces incluso apoya su gran hocico en mi hombro con su barbilla allí arriba. Me hace sentir tan feliz de que ella realmente esté experimentando todo. Siempre son nuevas vistas, sonidos y olores lo que ella está mirando y experimentando”.
Por supuesto, viajar con un perro tiene sus desventajas. Se limitan en gran medida a lugares aptos para perros y dependen de campamentos agrestes y Airbnbs ocasionales, mientras están en la carretera para que Moxie pueda andar libremente “Tienes que ser el tipo de persona que disfruta de los lugares naturales y al aire libre”, agrega Stone. “Porque son los lugares donde podemos llevarla. Si estás buscando estar en la ciudad e ir a todos estos restaurantes de lujo, viajar con un perro lo hace un poco más desafiante”.
La ruta
Después de pensarlo muy bien eligieron viajar “de punta a punta y de arriba a abajo”, haciendo su camino desde Guatemala (donde residen) a México, Estados Unidos, Canadá y hasta el Océano Ártico. Desde aquí, comenzaron a conducir hasta la cima de América del Norte, antes de dar la vuelta y regresar a América del Sur.
Stone se encuentra actualmente en Los Ángeles, donde se prepara para la siguiente etapa del viaje, que implicará tomar un ferry a Baja California, México, y luego viajar a Guatemala, y luego a Honduras, El Salvador, Costa Rica y Panamá. Desde ahí, planean volar a Colombia, donde viajarán a la “punta” de Argentina, y luego volarán a Sudáfrica.
Una vez que lleguen a Sudáfrica, viajarán por la costa este de África hasta Egipto y luego Grecia, antes de “rodar alrededor de Europa” y viajar a través de Turquía y Asia Central. La siguiente etapa los verá viajar de India a Malasia, donde enviarán sus motos, y a Moxie, a América del Norte y luego regresarán a su primer y último destino Guatemala, que Stone describe como su “hogar adoptivo”.
Fuente: cnnespañol.cnn.com