¿Fútbol en moto? ¿Eso ha existido? Pues no sólo existió, sino que sigue existiendo y en algunos países europeos es una de las modalidades del deporte en moto con mayor éxito. En España se intentó, allá por los años 80, por supuesto con motos españolas. No triunfó, pero dejó recuerdos tan curiosos como estas motos.
Cinco integrantes. Cuatro de ellos, en moto. Otro a pie. Un campo de fútbol un tanto especial. Un balón de cerca de un metro de diámetro y dale: juguemos al fútbol. Básicamente es así este deporte, con algunas reglas especiales y curiosas: la salida… o el inicio del partido (¿cómo habría que llamarlo?) se hace con cada equipo detrás de la línea de fondo y el balón en el centro. Gas, y a por él.
El área es zona prohibida para la moto: debes lanzar el balón desde fuera y, si entras, es falta, me imagino que para que el portero no huya corriendo cuando se acerquen los rivales. Está prohibido pasar la línea de medio campo llevando el balón; tienes que pasarlo. Y está prohibido entrar al rival que lleva el balón por el lado de la moto contrario a donde está la pelota.
Sí, tal y como imaginas es «un deporte de contacto». Los «leñazos» están a la orden del día. Motos derrapando de atrás, golpeándose entre ellas… Es un deporte duro que requiere motos especiales. De hecho, hoy día en Rusia, Francia o Alemania, países donde sigue siendo una modalidad con éxito, se emplean motos de cross o enduro modificadas con suspensiones más cortas, herrajes para evitar golpes, roturas e incluso para ayudarte a llevar el balón entre el pie y la moto, sin que esta tropiece con la pelota y mandos especiales. Es la preparación básica de estas motos.
Un poco de historia
No vamos a entrar en una historia detallada de este deporte. Es más antiguo de lo que crees y seguramente necesitaríamos el asesoramiento de alguien más experto que nosotros en este tema. Sinceramente, nunca he visto en directo un partido de motoball y dudo que alguna vez pueda hacerlo.
Por eso llama tanto la atención descubrir que los primeros partidos de motoball datan de los años 20, y que en esos países que hablábamos antes, incluso algunos otros, ha sido considerado desde entonces uno más de los deportes de la moto.
En España no es tan antiguo y salvo algunos intentos anteriores aislados y sin mayor importancia que el ser un espectáculo puntual y curioso con poca relevancia, es a finales de los 70 y principios de los 80 donde empieza a arraigar, aunque al final no consiguió prosperar como sus impulsores quisieron. Fue, como tantas otras ocasiones, en Cataluña y gracias a la influencia francesa.
Allí, alrededor del Motoclub Esplugues, bajo la iniciativa de la escudería Isern y de algunos otros con nombres casi tan importantes como estos en la historia de nuestro motociclismo, se juegan los primeros partidos de este deporte. Se hace con motos de trial y similares con pocas modificaciones. Pero la cosa «cuaja», y lo hace de tal forma que se constituyen algunos equipos «serios», tanto como el del mencionado MC Esplugues: dicen que llegaron a tal nivel que fueron varias veces a Francia, a jugar con sus equipos expertos, y los ganaron siempre.
Llegó a tener cierto peso. Se construyeron motos específicas para este deporte y se convocó una Copa de España de Motoball que se disputó sólo dos años, 1984 y 1985, siendo en ambas ediciones campeón el MC Esplugues.
Fuente: formulamoto.es