Motos y hielo no son habitualmente compatibles. A pocos valientes se les ocurre sacar sus máquinas en ese tipo de condiciones. A no ser que te guste tanto el riesgo y las motos que decidas no quedarte quieto en casa. Con una mentalidad similar llegaron las primeras competiciones del Ice Racing, una variante del flat track pero cruzando la moto en un óvalo de hielo.
Solo necesita tres cosas: una moto con clavos en los neumáticos, un campo abierto helado y pilotos que se atrevan a ir de lado en cada esquina. Y es tan entretenida como rara y peligrosa de ver (por eso de que las motos tienen unos clavos diabólicos en las ruedas).
Lo de James Bond yendo con una moto de clavos en pleno hielo en ‘Solo para tus ojos’ no fue una invención de sus productores, sino una copia de esta competición que lleva en el mundo de las dos ruedas casi desde principios del siglo pasado.
Rusia es experta en el deporte
Hay que remontarse casi a 1923 cuando en Australia empezaron con este particular estilo de carreras en el invierno de ese año. Aunque pueda parecer raro, en Australia también nieva en determinados puntos del país, y las motos de campo de poco servían allí cuando empezaba a nevar, al menos con unas gomas estándar.
Poco a poco, los aficionados empezaron a congregarse en pequeñas competiciones nacionales a lo largo y ancho del mundo; pequeños grupos de moteros que ponían clavos a los neumáticos y corrían encima del hielo.
En 1970 se empezó a popularizar tanto que empezaron a celebrarse carreras en cualquier temporada del año, hiciese frío, calor o fuese invierno o verano, puesto que el hielo se puede crear artificialmente.
El artífice de que se popularizase fue Staten Lorenz, un estadounidense al que se le atribuye esta evolución del dirt track en óvalo. La primera competición se organizó en un concesionario de Alabama, y otra poco después en Ohio que hizo que ganase fama y entrase a formar parte de la ICE (International Championship Events).
Poco a poco la disciplina fue ganando seguidores, hasta que llegó a Europa. En los países del norte donde la nieve es el pan de cada día en invierno, también querían probar eso de deslizarse sobre hielo con una moto cuyos neumáticos están plagados de casi 200 clavos.
Rusia, Suecia, Finlandia, la República Checa, Alemania y los Países Bajos se animaron pronto a acoger varias competiciones hasta el punto de que la Federación Internacional de Motociclismo (FIM) acogió oficialmente varias pruebas nacionales y hasta un mundial que perdura hoy en día.
La Ice Speedway of Nations se remonta a 1979, y no se celebra desde 2020 a causa del coronavirus. En su lugar, se celebra la Ice Speedway World Championship que este año 2023 tiene varias paradas por medio como Suecia y los Países Bajes.
El dominio ruso abunda en la competición: llevan ganando desde el 2003, cuando le arrebataron a Suecia el mundial.
Las motos: sin ayudas electrónicas y con 80 CV bajo el asiento
Se puede utilizar prácticamente cualquier moto para correr, ya sea de 125, 250, 350, 450 o 500 cc. En el Ice Speedway World Championship se utilizan motos de 500 cc cuyos motores de cuatro tiempos son fabricados por los checos Jawa, con propulsores monocilíndricos de carrera larga con una elevada relación de compresión. Su aceleración es bastante bruta. Físicamente destacan también por llevar guardabarros tanto delante como detrás.
Ofrecen cerca de 80 CV de potencia y una caja de cambios de solo dos velocidades. No tienen ningún tipo de ayuda electrónica, por lo que los caballitos y los highsides están a la orden del día. Los depósitos de combustible solo llevan cuatro litros de capacidad.
A modo de curiosidad, KTM intentó crear un motor de 450 cc de cuatro válvulas para este tipo de competición, pero los resultados no fueron ni parecidos a los de Jawa, ya que con las dos válvulas daban más par y una respuesta más suave del acelerador.
A pesar de tener solo dos velocidades en la caja de cambios las motos son capaces de llegar hasta los 130 km/h.
Hasta 200 clavos por rueda para hacer tumbadas que ni Marc Márquez en MotoGP
Como en todo, hay ciertas normas que acatar. Internacionalmente se ha aceptado que la rueda tenga 120 clavos en el neumático delantero de 23 pulgadas y entre 160 y 200 en el trasero, dependiendo de la pista.
Los clavos están estandarizados y se llaman Silver Rockets Racing Studs, pero los neumáticos y su construcción, no. Eso deja libertad a cada equipo de montar lo que ellos quieran.
El efecto de los clavos es el de mejorar la tracción. Cada uno de ellos mide 28 mm y se afilan a mano. Además, cada equipo lleva sus propios neumáticos y ajusta los clavos a su gusto. Se suelen colocar en el centro y lado izquierdo de los neumáticos, ya los ‘speedway’ solo tienen curvas de izquierdas.
El cómo se distribuyen los clavos depende de las preferencias y estilo del piloto, que pueden llegar a alcanzar más o menos inclinación con ellos, hasta el punto de que rozan el manillar contra el hielo.
La carrera tiene varias rondas; cada carrera tiene cuatro vueltas, y cada una de ellas dura algo menos de 20 segundos. Suelen llegar a los 100 km/h en curva y 140 km/h en rectas.
Cada ronda tiene lugar en de dos días, con un total de 20 series diarias, y se van clasificando hasta llegar a la semifinal y final. A modo de anécdota, si las tumbadas en MotoGP son ya impresionantes cerca de los 60 grados, en el Ice Speedway llegan como norma general a los 65 grados, hincando rodilla, codo o incluso rozando con el manillar de la moto.
Fuente: motorpasionmoto.com