Circular en moto con pasajero exige mayor concentración y responsabilidad que hacerlo en solitario. Es responsabilidad del conductor advertir a su acompañante de lo que debe y no debe hacer durante el trayecto si no queremos tener una experiencia desagradable e incluso peligrosa para ambos. Te damos algunos consejos de cómo ser un buen pasajero.
Conducir nuestra moto con acompañante igual que lo hacemos cuando vamos solos es un error. Ambas partes deben poner lo mejor de sí para que la conducción sea fluida, coordinándose en los movimientos y formando un solo “bloque” que funciona acompasado y al unísono. Ya vimos en el anterior especial de cómo conducir con pasajero que, quien está al manillar debe ser más suave en sus acciones, más dulce con el manejo de los mandos y más acompasado en los movimientos. Por ejemplo, una buena práctica pasa por potenciar el uso del pedal trasero en primera instancia para no cargar el tren delantero en frenadas fuertes y desestabilizar más la moto debido a la mayor transferencia de pesos.
Bien es cierto que no es lo mismo circular a dúo por ciudad que hacerlo en carretera ya que, si a baja velocidad un movimiento brusco del pasajero se hace notar, a alta velocidad las consecuencias pueden ser peores debido al menor tiempo de reacción para solucionar el imprevisto por parte del conductor. Lógicamente, el tipo de moto también condiciona mucho a la hora de facilitar la “convivencia”, y los segmentos ideales para dos ocupantes son scooter, trail y GT, cuyos asientos y geometría general están pensados para ello. El peso, la corpulencia y la altura de la persona que se siente detrás siempre condiciona ya que, cuanto menor sean, menos “masa” hay que desplazar y más fácil será todo. Lo ideal es que el conductor pese más que el acompañante, aunque con la técnica correcta y la habilidad necesaria esto pasaría a un segundo plano.
Por parte del pasajero, tanto si está acostumbrado a montar en moto como si no, es obligatorio recordar un decálogo de buenas maneras que facilitará en buen transcurso de los kilómetros, disfrutando y agilizando la experiencia de la forma más natural posible. Este es el decálogo para ser un pasajero ideal:
Avisa para subir y bajar
Muchas veces, algo tan sencillo como indicar al conductor que vas a subir o bajar de la moto no se pone en práctica. Pillarlo despistado puede hacer que terminemos con la moto, con nuestros huesos y los de nuestra moto en el suelo, con los consabidos desperfectos, la mofa del respetable e incluso alguna lesión tonta. Cuanto más alto esté el asiento del pasajero, más precaución habrá que tomar.
También habrá que ser cuidadoso a la hora de subir, apoyando la mano en el hombro del conductor y el pie en la estribera (si es una moto), nunca en el escape o el basculante, para auparte sin descompensar demasiado en un movimiento lo más rápido y coordinado posible, en lugar de “tirarte encima” sin más. Si es un scooter, quizá la baja altura de los mismos puede hacer que, directamente, subas en él desde el suelo.
Sujeción correcta
Una vez sentado, el pasajero debe encontrar el equilibrio entre comodidad y seguridad, es decir, deberá agarrarse bien de manera estable y sin ir incómodo. Dependiendo del tipo de moto, lo normal será en las asas traseras, agarrado a la cintura del conductor o apoyado en el depósito de gasolina. Nunca con las manos en los hombros “como un loro en su jaula” ni mucho menos sin agarrase/apoyarse en nada.
Posición de los pies
Los pies del pasajero no deberán estar demasiado avanzados en la estribera ya que, si no, podemos molestar con la puntera en el talón del conductor, dificultando el accionamiento y el apoyo del mismo en los cambios de dirección. También hay que tener cuidado en no resbalarnos y quemar la suela de nuestro calzado con el escape.
Distancia lógica
La separación entre pasajero y conductor no debe ser excesiva, ni tampoco hace falta ir pegado como un cromo. Estar lejos descompensa, genera corriente entre ambos cuerpos y penaliza a la hora de conseguir un centro de gravedad ideal. Unos pocos centímetros serán suficientes para no agobiar ni desestabilizar el tren trasero.
Relajación activa
En marcha, el pasajero debe hacer gala de una actitud relajada que no despistada, evitando una tensión constante que le fatigue físicamente e impida una correcta reacción extra llegado el caso. La rigidez corporal, seguramente provocada más por desconocimiento que por miedo, nunca es positiva y siempre se traslada al conductor y, por supuesto, al comportamiento de la moto.
Cuidado con los “cascazos”
El tema de las aceleraciones y, sobre todo las frenadas también debe cuidarse pues, en muchos casos la inexperiencia juega sus cartas en forma de constantes toques casco-casco entra la mentonera del pasajero y la trasera del conductor. Independientemente del posible desperfecto que pueda ocasionar en el lacado del mismo, desconcentra y enturbia la conducción. No es cuestión de fortalecer la musculatura del cuello, sino de “que el casco no nos lleve”.
Ser aerodinámicos
Hablar en marcha con el conductor no es malo pero si para hacerlo el pasajero desplaza el tronco hacia un lado, la cosa cambia. En muchas ocasiones el que va detrás puede dejarse invadir por el aburrimiento, ya que su comportamiento es algo más pasivo (que no nulo) que el del conductor. Vistos de frente, formar una V no es correcto pues siempre desestabiliza y el viento juega en nuestra contra.
Replicar movimientos
En cualquier caso, lo ideal es mantenerte como si fueses la sombra del conductor. Agacharte, moverte y seguirlo según la situación siempre facilitará la conducción, mejorará el comportamiento de la moto y será más divertido que permanecer como un ente estático. Tampoco se trata de reproducir una coreografía de ballet pero sí de llegar a compatibilizar tanto como para adivinar lo que el conductor va a realizar. en este sentido, sólo la experiencia y el transcurrir de los años y los kilómetros puede desembocar en el binomio motorista perfecto.
Smartphone prohibido
Todos tenemos asumido ya que nuestros smartphones forman una unión irrompible con nuestro propio ser y no podemos vivir sin ellos, pero llegar al extremo de whatsappear, jugar o trastear en marcha con él “para ir matando el tiempo” es, además de ilegal, un peligro para la seguridad pues toda nuestra atención se centra en lo que no tiene que estar. Al bolsillo siempre y, en caso necesario, parada en lugar correcto para ponerte al día y reanudar después. En este sentido, varias motos de última generación cuentan con posibilidad de conectividad bluetooth entre moto y teléfono, pudiendo visualizar y navegar gracias a las pantallas TFT y los dispositivos manos-libres.
Tarado de suspensión
Algunos modelos del mercado equipan de origen un monoamortiguador trasero que incluye pomo externo de regulación de precarga, un cómodo mando en forma de rosca con el que podremos endurecer y aflojar el tarado de la suspensión según nuestras necesidades. En este sentido, siempre es convenientemente recurrir a él si el trayecto acompañado es largo pues estabiliza más la moto: con un extra de kilos detrás el comportamiento varía notablemente.
Teniendo en cuenta estos consejos seremos capaces de enfrentarnos mejor a los imprevistos, al tiempo que disfrutaremos más del trayecto en moto y maximizaremos la seguridad.