La fábrica de Borgo Panigale siempre exprime los resquicios de la ley en cuanto a innovaciones técnicas, lo que genera recelo en la competencia.
Ducati llegó al Mundial de MotoGP en 2003 y no fue hasta 2007 cuando conquistó su primer y único Mundial, con Stoner. Desde entonces, muchos pilotos naufragaron intentando emular al australiano, el único capaz de volar con una moto muy difícil y particular. Ni Rossi fue capaz de ir rápido con esa moto con chasis autoportante que se anclaba al motor. Por ello, la fábrica de Borgo Panigale fichó a Gigi Dall’Igna a finales de 2013 y a partir de ahí comenzó a traer de cabeza a las otras fábricas con sus innovaciones técnicas.
El último ejemplo es el uso de un deflector en la quilla de su Desmosedici y anclado al basculante contra el que reclamaron, sin éxito, cuatro fábricas al terminar la carrera de Qatar. Lo hicieron Honda, Suzuki, KTM y Aprilia. La que no lo hizo fue Yamaha, que ya usó en Valencia un deflector para evacuar el agua en la carrera del año pasado. Aquí la fábrica italiana lo utilizó en una carrera de seco, con 20 grados de temperatura en el asfalto, y para mantener la temperatura óptima del neumático trasero.
En los últimos años en el box rojo se han visto antes que en cualquier otros las alas, alerones o apéndices en los carenados, que sirven para sujetar la rueda delantera al suelo en las aceleraciones y estabilizarla en las frenadas. Su aparición fue tan extraordinaria que la copiaron todas las fábricas, consiguiendo que a finales de 2016 se prohibieran en aras de la seguridad, por considerarlas algunas fábricas, con peor éxito que Ducati en materia aerodinámica, una especie de cuchillas que podían cortar a otros pilotos. Bien que lo lamentaba Lorenzo al llegar en 2017 a Ducati, aunque para 2018 se reinventaron con unas alas camufladas dentro del carenado, que no excedían los límites del carenado y que estaban dentro del reglamento, algo que luego usaron todos.
Y para este 2019 recién empezado se han inventado un carenado con una triple ala, que ya forma parte de las dos opciones por temporada que tiene cada fábrica. Más inventos en la parrilla de MotoGP derivados de los ingenieros italianos son los arrancadores eléctricos que van directos a la tuerca del cigüeñal, haciéndolo girar para iniciar el proceso de combustión del motor. Hasta ese momento se hacía girar la rueda trasera con un arrancador de suelo.
También se vio en las Ducati, sin éxito, una llanta lenticular trasera, y en la actualidad llevan unas mamparas para cubrir los discos de freno delanteros con la intención de que no pierdan temperatura los discos de carbono, que es algo que le hace perder eficacia. Otra innovación incorporada este año el bloqueo de la suspensión delantera para las salidas, buscando así que se levante menos la rueda de delantera.
Y otra que sigue vigente, y que aún se desconoce a ciencia cierta para qué sirve, es la caja negra que incorporan bajo el colín las Desmosedici. Algunos la llaman la sandwichera, y se especula con la posibilidad de que sea una caja de resonancia que ayuda a reducir las vibraciones en el tren trasero. Viendo cómo se las gasta Ducati, y no sólo en materia aerodinámica, hay que estar muy atentos a su box para ver qué será lo siguiente con lo que sorprenderá a sus rivales…
Fuente: es.motorsport.com