Se conocen numerosas historias de personas que han logrado avanzar y alcanzar sus metas gracias a su perseverancia y pasión por lo que hacen. Una de esas historias es la de Julián Imanol Brutomeso, quien descubrió su amor por los autos gracias a su padre y, más tarde, se enfocó en el mundo de las motos. “Mi padre me introdujo en este mundo y yo lo llevé hacia las motos, que era lo que más me apasionaba”, explica Brutomeso.
A los 16 años, comenzó su carrera en la venta de repuestos para autos y motos en Argentina. En su tiempo libre, dedicaba horas a investigar los últimos lanzamientos y a aprender sobre los clásicos en internet. Además, completó sus estudios en una escuela técnica y se graduó como Maestro Mayor de Obras a los 19 años. Luego de terminar la escuela, continuó sus estudios universitarios en la Universidad Argentina de la Empresa.
Julian Imanol Brutomeso cuenta con una anécdota que lo marcó para siempre. Un amigo le comentó que un conocido suyo, quien tenía un buen pasar económico, estaba interesado en comprarse una moto, pero no sabía cuál ni con qué características. Al enterarse de su amor por las motos, le propusieron ser el consultor especializado para ayudar a elegir. Entusiasmado por la idea, aceptó y viajó a Miami con el fin de buscar la moto perfecta para su cliente.
Después de recorrer varias tiendas especializadas, recomendó al amigo de su amigo que comprara la BMW R100. La sugerencia fue todo un éxito y le valió su primera comisión como consultor. “A partir de ese momento, comencé a asesorar a personas con buen pasar económico y, casi como un pasatiempo, desarrollé una consultoría personalizada para que pudieran elegir su moto según sus preferencias”, explica Brutomeso. Gracias al boca a boca, Julián pudo instalarse en Miami y fundar su propio negocio de motos. Aunque al principio no fue fácil, logró consolidarse y hoy en día se encuentra muy feliz con su emprendimiento.