“La espera se me está haciendo eterna”. Es la queja mayoritaria entre los moteros que quieren estrenar moto o adquirir algún recambio. En una ciudad como Sevilla, de tamaño medio y buen clima durante la mayoría del año, la moto es para muchos el vehículo perfecto. Sin embargo, la falta de suministros está haciendo que la lista de espera para poder adquirir una moto llegue a alcanzar incluso los seis meses. Y es un problema generalizado en toda España.
“Esta crisis ya empezó cuando llegó el COVID. Muchas fábricas cerraron, después despidieron personal y eso hizo que la fabricación haya disminuido”. Nos lo cuenta uno de los concesionarios especializados en motos con mayor número de ventas en Sevilla.
Ahora el principal problema es la falta de recambios, que los expertos achacan a la falta de producción en China, pero también a la crisis de suministros por la guerra entre Rusia y Ucrania. Muchas materias primas provienen de estos países en conflicto. A eso hay que sumar que la demanda entre los conductores no para de crecer.
Espera sin fecha exacta
“Yo por ejemplo tengo marcas en las que se alcanza una lista de espera de tres a seis meses”. Sergio es dueño de un concesionario en el centro y muestra su preocupación. “Hay algunos modelos que hasta ahora eran los más vendidos, que iban a llegar esta primavera y se han ido retrasando. Ahora que estamos ya en julio te dicen que en septiembre, pero así llevamos ya un año”.
El problema no se queda ahí. Según los concesionarios consultados, hay modelos que incluso no tienen fecha prevista de fabricación: directamente no hay en stock. “Una de las marcas que produce una moto de 125 CC, de las más vendidas, no nos dice cuándo podrán traer nuevos modelos y a veces es difícil explicárselo al cliente”.
Ante la problemática, muchos concesionarios han optado por no ofrecer esos modelos a sus clientes porque “no tienen fecha de producción ni se le espera”.
Según los concesionarios, hasta un 40% de modelos no se pueden comprar porque no se producen. Muchas empresas fabrican a demanda y hay lista de espera para modelos concretos.
“Las motos grandes es donde más falta de stock hay, pero sus conductores suelen tener bastante paciencia porque no tienen prisa, es una moto para el ocio” nos cuenta un trabajador de otro concesionario.
Para las motos de pequeña cilindrada tratan de redirigirles a otras marcas que sí hay stock. “Suelen ser motos que se necesitan sí o sí para ir a trabajar y les urge”.
Subida de precios generalizada
Los empresarios del sector achacan la subida de los precios de las motos que adquieren a la falta de producción, pero, sobre todo también por la subida en los costes de transporte. “Sube también la gasolina y eso implica que las motos que nos llegan también han aumentado su precio”.
Incluso nos dicen que, en un mes, una marca les ha subido de precio dos veces. “Este mes he vendido motos hasta el 30 de junio a un precio, finalmente la moto ha llegado más tarde, la casa no me ha respetado el precio anterior y me lo ha subido. No he querido entrar en conflicto porque el cliente no tiene la culpa de estas subidas repentinas”.
Fuente: niusdiario.es