Con millones de unidades vendidas, la vespa sigue siendo un referente del motociclismo y del diseño italiano.
El inicio de la historia
El proyecto Vespa nació del empecinamiento de Enrique Piaggio por crear un producto de bajo costo y gran consumo, que diera de nuevo vida a sus fabricas toscanas, destrozadas durante la Segunda Guerra Mundial. Para el desarrollo recurrió al talento del ingeniero aeronáutico Coralino D’Ascanio, quien concibió una moto con chasis monocasco autoportante, de transmisión directa, con cambio en el manillar y un brazo de apoyo para las ruedas similar al del tren de aterrizaje de los aviones. Cuando el empresario italiano vio el prototipo MP6, con una parte central amplia y una cintura estrecha, exclamó : i parece una avispa ! y así quedó bautizado el modelo cuya patente se registro el 23 de abril de 1946 y se empezó a producir posteriormente.
La primera Vespa, de 98cc, se comercializó en dos versiones: una básica, que costaba 55.000 liras, y una tope de gama que, por 61.000 liras, equipaba cuentakilómetros, caballete lateral y unos neumáticos con el flanco blanco. Al año siguiente, salió al mercado la variante 125, que acabó reemplazando a su predecesora.
El éxito de este vehículo fue tan grande que en menos de un quinquenio ya se empezaron a otorgar licencias de fabricación fuera de las fronteras italianas, de tal modo que en una década esta moto se fabricaba en 13 naciones y se vendía en 1 14 países de los cinco continentes.
Múltiples versiones y copias
Los plagios no tardaron en llegar, y la rusa Isvetja fabricó la Viatka de 150 cc, un clon casi perfecto del modelo italiano. Pese a ello, el reinado de la Vespa no peligraba gracias a su unicidad, que la hacia incomparable y ni tan siquiera su eterna rival, la Lambretta, lograba hacerle sombra. Asimismo, el número de versiones fue in creciendo no solo porque las desarrollara Piaggio sino porque lo hacían mecánicos apasionados por e modelo. Hubo versiones de todo tipo y para todos los gustos: con sidecar, militares para transportar armas, especificas para producciones cinematográficas..
Por su parte, la marca ha vendido distintos modelos, variantes y variaciones de Vespa, identificables con distintos códigos de bastidor, desde el lanzamiento del primer producto hasta la comercialización de la Vespa 946, lanzada al mercado en 2013.
Símbolo de libertad
Desde su nacimiento, la Vespa se convirtió para muchos en el mejor ejemplo de libertad, un concepto ansiado por una población inmersa en un duro periodo de posguerra. En aquella época, este vehículo ofrecía una movilidad individual sin parangón, pues era sencillo y ergonómico de conducir, además de no ensuciar a sus ocupantes. Era una moto práctica y económica, destinada a la población en general, incluidas las mujeres, quienes finalmente se podían subir a un vehículo de dos ruedas sin mancharse de grasa o barro y con faldas.
Piaggio apuntó el foco en el público femenino hasta el punto de que su primer anuncio estuvo protagonizado por una bella dama sentada en una Vespa. Sin duda, era una publicidad innovadora en un pais en el que las mujeres acababan de ejercitar por primera vez su derecho a voto.
Además de ser el icono de la libertad, esta moto era el símbolo de la genética italiana. “No se trata de un simple scooter, sino que representa un estilo de vida: la Dolce Vita.
Una estrella
El magnetismo de la Vespa atrajo a múltiples directores de cine, que la incorporaron en sus películas, con mayor o menor protagonismo. El mejor ejemplo de ello fue Vacaciones en Roma (1953), en el que compartió reparto con Audrey Hepburn y Gregory Peck. Asimismo, interpretó su papel en Quadrophenia. American Grafti, El talento de Me. Ripley, Alfie o Transformers.
Sin duda, es el scooter que se ha codeado con más famosos de todas las épocas, ya sea en rodajes, anuncios o sesiones fotográficas. Raquel Welch, Ursula Andrés, Marcello Mastroianni, Charton Heston, Sting, Matt Damon. Jude Law o Nicole Kidman son sólo algunos nombres del extenso elenco de personajes que se han notado en el vehículo.