La búsqueda de tecnologías cero emisiones basadas en la electrificación de la propulsión no solo afecta a los vehículos de cuatro ruedas. Las bicicletas eléctricas son un auténtico éxito a nivel mundial, al igual que los ciclomotores y los scooters que cada vez están más presentes en las ciudades. Sin embargo, para las motocicletas de mayor cilindrada con capacidad de viajar, el peso de las baterías repercute en su autonomía, de manera que la solución se complica. En este punto, la pila de combustible de hidrógeno puede ser una solución, por la autonomía que ofrece y por unos tiempos de recarga muy cortos. Así se los han planteado los creadores de Hydra, una motocicleta eléctrica de altas prestaciones alimentada por hidrógeno y que quiere ser la base de una gama completa de configuraciones.
Hydra es una creación de los diseñadores Anton Brousseau, Andre Taylforth y Anton Guzhov, procedentes del prestigioso estudio de diseño internacional Kiska Design. La motocicleta presenta un aspecto de crucero futurista conceptual propulsado por hidrógeno. Los tres autores dicen que la idea base fundamental es aplicable a una amplia gama de configuraciones de motocicletas de diferentes estilos y tipos
El funcionamiento técnico de Hydra es similar al que se puede encontrar en los coches eléctricos de hidrógeno que han sido lanzados al mercado, como es el caso del Toyota Mirai o el Hyundai Nexo. El motor que propulsa la rueda trasera de la motocicleta es eléctrico. Para que funcione, el hidrógeno que se almacena en un tanque presurizado que se esconde tras el carenado central de Hydra se utiliza para alimentar una celda de combustible que genera electricidad a partir del oxígeno del aire, lo que da como resultado que por el tubo de escape solo salga agua y hace que estos vehículos sean cero emisiones locales.
Las ventajas de esta tecnología frente a las baterías electroquímicas, que también pueden alimentar un motor eléctrico, son la autonomía y la velocidad de repostaje que proporciona el hidrógeno, similares a las de un combustible fósil. En un vehículo de dos ruedas el compromiso entre el peso de las baterías y la autonomía se encuentra en un punto muy delicado que puede ser complicado de solucionar.
El hidrógeno, que en teoría aporta varias ventajas también trae detrás muchos inconvenientes. Todavía hay que superar varios obstáculos técnicos y económicos para que pueda considerarse una fuente de energía utilizable habitualmente. El principal es la producción sostenible y asequible del hidrógeno, que es un proceso que requiere una gran cantidad de energía. Inevitablemente, para cumplir con su definición ‘cero emisiones’ debe ser hidrógeno verde, aquel que se produce a base de energías renovables. Una vez encontrada la manera de conseguir esto, hay que abordar el problema de la disponibilidad inmediata de combustible de hidrógeno.
Hydra no es la única motocicleta eléctrica (y conceptual) que se ha presentado últimamente. Compañías como Yamaha y Kawasaki están invirtiendo mucho en esta tecnología e incluso Segway hizo realidad su prototipo Apex H2 con el que tiene la intención de desarrollar un modelo de producción antes de que finalice 2023. Naturalmente, la intervención de grandes fabricantes como estos, capaces de invertir grandes cantidades en investigación, pueden acabar con la todavía inviabilidad de esta tecnología para su uso habitual.
Fuente: hibridosyelectricos