Catania impone restricciones al tráfico motorizado debido a la acumulación de ceniza volcánica del Etna, mientras el aeropuerto local reabre tras un cierre temporal.
La ciudad de Catania, en Sicilia, enfrenta serios problemas debido a la reciente erupción del volcán Etna, que ha dejado una densa capa de ceniza sobre la ciudad. La administración local, encabezada por el alcalde Enrico Trantino, ha decidido restringir el uso de motocicletas en las vías públicas para evitar que el material volcánico empeore las condiciones de circulación y seguridad.
Además de la prohibición para las motos, se ha establecido un límite de velocidad de 30 kilómetros por hora para los camiones, con el objetivo de mitigar el impacto de las cenizas sobre los vehículos pesados. Trantino también ha hecho un llamado a los residentes para que depositen las cenizas recolectadas en contenedores especiales dispuestos cerca de sus hogares.
Hasta la fecha, las autoridades locales han logrado recolectar 1.500 toneladas de ceniza, aunque se estima que esta cantidad representa solo una tercera parte de la acumulación total en las calles de Catania. El esfuerzo por limpiar la ciudad continúa mientras el volcán sigue activo.
El aeropuerto de Catania, cerrado parcialmente debido a la densa nube de cenizas, ha reanudado sus operaciones, aunque con ciertos retrasos y cancelaciones. La reactivación de este importante punto de conexión es crucial para la ciudad, afectada por la actividad volcánica.
En cuanto al Etna, el volcán ha expulsado columnas de ceniza de hasta 8.000 metros de altura y ha provocado lluvias de ceniza en áreas circundantes. Aunque la actividad de las coladas de lava ha cesado, el fenómeno sigue siendo una preocupación para los habitantes de la región.
Cerca de Catania, el volcán Estrómboli también mantiene actividad, lo que añade una capa adicional de precaución a las medidas ya adoptadas en la región. Los residentes de las áreas afectadas permanecen en alerta mientras los volcanes siguen su curso.