David Alonso se coronó campeón del mundo de Moto3 tras vencer en el Gran Premio de Japón, sumando su décima victoria de la temporada en el circuito de Motegi.
David Alonso, piloto de CFMoto, conquistó su décima victoria de la temporada en el Gran Premio de Japón de Moto3, celebrado en el icónico circuito de Motegi. Con esta victoria, el colombiano alcanzó los 321 puntos en la clasificación general, asegurando matemáticamente su título como campeón del mundo en la categoría. Junto a él en el podio estuvieron el neerlandés Collin Veijer (Husqvarna) y el español Adrián Fernández (Honda), quienes completaron un emocionante desenlace.
El español Iván Ortolá fue quien arrancó desde la pole position y dominó los primeros compases de la carrera, seguido de cerca por Alonso, quien mantuvo la calma a lo largo de la prueba. Fernández, por su parte, asumió el liderato momentáneo al adelantar a Ortolá en la tercera vuelta, mientras que Alonso optó por mantenerse en posiciones conservadoras, midiendo sus opciones sin asumir riesgos innecesarios.
Conforme avanzaba la carrera, el grupo de cabeza se fue reduciendo a siete contendientes, entre los cuales destacaba Alonso, quien poco a poco se fue posicionando hasta situarse en la segunda plaza, esperando el momento oportuno para atacar. A falta de cinco vueltas para el final, Alonso finalmente tomó la delantera, consolidando su ventaja tras la caída de Ángel Piqueras en la curva diez.
En las vueltas finales, Adrián Fernández intentó recuperar el liderato, pero no pudo hacer frente al imparable avance de Alonso. Ortolá, quien también intentó mantenerse a la par del colombiano, terminó por los suelos en la penúltima vuelta, dejando el camino despejado para que Alonso asegurara su décima victoria y se consagrara campeón del mundo.
Con esta victoria, David Alonso selló su nombre en la historia del motociclismo al convertirse en campeón mundial de Moto3, dominando tanto la temporada como la carrera en Japón. La combinación de su habilidad y estrategia le permitió superar a sus rivales y llevarse el título con una ventaja indiscutible.