Una intensa batalla con giros de guion pero con un vencedor final: Vespa. El fabricante italiano ve reconocida la propiedad intelectual de sus diseños.
Cuando uno es referente, sea en el ámbito que sea, lo es para lo bueno y para lo malo. Lo bueno es el reconocimiento, lo malo es que muchos quieren usurpar tu lugar y a veces no de la manera más correcta.
Esto es algo que vemos en algunas marcas chinas que sistemáticamente violan la propiedad intelectual de los modelos que se desarrollan y venden en Occidente. Las leyes del país asiático al respecto hace que muchas veces veamos copias tan exageradas que, si no fuera por los detalles, no sabríamos si estamos ante el original o no.
Pues esta situación la ha vivido en primera persona Vespa. La marca del Grupo Piaggio ha ido siendo imitada con modelos que podían tener una ligera inspiración. Al fin y al cabo hablamos del referente de un tipo concreto de motos y es normal ser la guía, pero con otros a los que solamente les faltaba la mítica chapa en el escudo.
Uno de los casos más flagrantes para los intereses de los italianos llegaba desde China con la marca ZNEN, tan similares que Vespa decidió emprender acciones legales planteando la preocupación a la Oficina de la Propiedad Intelectual de la Unión Europea. Aunque en un primer momento se le dio la razón a Vespa, poco después se le quitó.
Vespa logró darle la vuelta a la situación
Pero lejos de darse por vencida y conocedores de la fuerza que el diseño de Vespa tiene en el mundo y la facilidad para reconocer una Vespa, incluso por la gente menos apegada al mundo de las dos ruedas, siguió insistiendo.
Ahora, más de 10 años después de que todo comenzase, el Tribunal de Justicia de la Unión Europea ha reconocido formalmente el diseño de Vespa afirmando que no se puede replicar. Así que ahora, al menos en Europa, las líneas tan reconocibles de la moto italiana solamente la podrán emplear las que, por derecho propio, son realmente Vespa.