Cuando las estadísticas se interpretan correctamente, tienen la capacidad de reflejar la realidad como un espejo. Este principio también se aplica al Mundial de MotoGP, donde la variabilidad extrema ha coronado a cuatro campeones de cuatro marcas diferentes en los últimos cuatro años. La mayoría de los pilotos, que tienden a recurrir a los tópicos, han estado repitiendo durante mucho tiempo que el nivel de igualdad alcanzado en la categoría de motos pesadas es inaudito.
Valentino Rossi, Casey Stoner, Jorge Lorenzo y Dani Pedrosa no fueron llamados los ‘Cuatro Fantásticos’ sin razón, sino por la enorme brecha que los separaba del resto de competidores. Cuando el australiano decidió retirarse a fines de 2012, Marc Márquez apareció para ocupar su lugar en ese pedestal de los cuatro primeros. Entre la primera carrera de 2013 y la séptima de 2016, Rossi, Lorenzo, Pedrosa y Márquez se repartieron las 61 victorias en juego.
El ‘statu quo’ establecido fue roto por Jack Miller en Assen, lo cual contrasta drásticamente con la inestabilidad que se ha asentado en el campeonato. Esta sensación no se basa únicamente en el testimonio de los competidores, sino que está respaldada por los números. Si consideramos los 57 Grandes Premios celebrados desde principios de 2020, es decir, un poco menos de los tres años y medio analizados anteriormente, se obtiene un total de 16 ganadores diferentes. Especialmente destacables fueron las temporadas de 2018 y 2020, que contaron con hasta nueve vencedores cada una. Esta imprevisibilidad es resultado de los reglamentos técnicos y deportivos contemporáneos, que han igualado las fuerzas en extremos que antes eran impensables. Si esto es algo bueno o no, es completamente subjetivo, ya que hay opiniones favorables y contrarias en el paddock. Sin embargo, lo indudable es que esta democratización tiene un gran impacto en la dinámica de las carreras y en un tema de moda: los accidentes que se acumulan en las primeras vueltas, tanto los sábados en las carreras al sprint como los domingos.
Desde la introducción del nuevo formato de fin de semana, ha habido muchos pilotos que se han quejado del aumento generalizado de la agresividad al inicio de las pruebas. Según algunas fuentes, este fenómeno se debe principalmente a dos aspectos concretos. En primer lugar, la democratización de las posibilidades de llegar al podio o incluso ganar. En segundo lugar, la naturaleza de las carreras en forma de tren o fila india, debido a las enormes dificultades que existen para adelantar los actuales prototipos debido a sus características propias. Este fenómeno recuerda a lo que se vivió en la Fórmula 1 antes de la introducción del alerón trasero móvil (DRS) como una medida para fomentar los adelantamientos.