En pequeñas comunidades como la Aldea del Niño Junípero en la Selva Alta de Perú, una bicicleta puede marcar la diferencia en la educación de un niño. Las bicicletas facilitan el acceso a la educación a menores y jóvenes en áreas en las que la educación de calidad no está garantizada.
Las últimas “Bicicletas Solidarias” procedentes de un evento corporativo organizado en Madrid a finales de Diciembre, se donarán al Albergue Nopoki (Atalaya, Perú) creado con la intención de acoger a jóvenes estudiantes que proceden de comunidades nativas alejadas y sin posibilidades económicas para cubrir sus estudios en Atalaya.
Tal y como explican los responsables de Madre Coraje ONG “Las bicicletas son muy necesarias y muy bien acogidas. El alumnado las utiliza para desplazarse desde el albergue hasta la ciudad donde poder ir a la biblioteca o conectarse a internet. Incluso a veces como el albergue tiene campos de cultivo, utilizan las bicicletas para desplazarse dentro del mismo.”
Algunos niños y niñas acogidos por albergues y aldeas como la Aldea del Niño Junípero son huérfanos por lo que su escolarización, atención sanitaria y manutención dependen de las propias aldeas y albergues. En ocasiones las bicicletas sirven además para que los jóvenes puedan por ejemplo repartir el pan que se hornea en la aldea diariamente o las artesanías y productos caseros con los que las aldeas se financian localmente.
En otros casos los menores acogidos pasan la temporada de colegio lejos de su familia en aldeas o casas de acogida como la Casa Santa Teresita de Jesús en Puerto Ocopa (Perú) debido a la gran distancia que separa su hogar del colegio más cercano.
Fuente: iberianpress.es