Marc Márquez concede una entrevista a The Guardian antes de Gran Premio de Gran Bretaña, que regresa este fin de semana a Silverstone tras la cancelación de la carrera el pasado 2020 por la pandemia del coronavirus.
Marc Márquez llegará a Silverstone recordando 2019, esa victoria que perdió por apenas unas milésimas y que Álex Rins le arrebató entrando ya en la recta de meta. Le supo muy mal a un piloto que luchaba por su octavo título, pero tras ello, los éxitos se siguieron cosechando y llevaron, en toda esa temporada, doce victorias y seis segundos puesto en 19 carreras que compusieron el Mundial de MotoGP en este curso. Un curso que ya queda muy lejos, especialmente después de todo un año de pandemia, en el cual, la cita del Gran Premio de Gran Bretaña se vio obligada a desplazarse hasta este año, un año más tarde.
Por ello, los pilotos de MotoGP están encantados de volver a Silverstone y ver ya a los aficionados británicos en las gradas. En una entrevista a The Guardian, Marc Márquez habla de nuevo de esa lesión que le tiene un poco paralizado, con grandes limitaciones físicas que todavía sigue superando con la intención de volver a ser el de siempre: “Es muy duro aceptar que todos los demás son más rápidos que tú, pero tienes que darte cuenta de dónde estás, y hacia dónde vas”.
“Mi motivación es mayor que antes”
Pese a los momentos duros que ha tenido que pasar, las ganas le siguen pudiendo al campeón: “Mi motivación es mayor que antes porque por primera vez estoy viviendo un momento muy difícil en mi carrera. En los momentos difíciles tienes que mostrar tu potencial. En los buenos momentos todo el mundo es feliz, alegre y rápido, pero en los momentos difíciles hay que luchar. Lo más fácil sería dejarlo y volver cuando me sienta preparado, dentro de un año o dos. Pero ese no es mi estilo. Mi estilo es tratar de sufrir, mejorar y volver. Y para disfrutarlo en la moto. Porque ahora no estoy disfrutando, ahora estoy sufriendo”.
Y reconoce que el 2020 ha sido el peor año de su carrera, con una temporada en blanco y tres operaciones: “Tenía miedo de no tener un brazo derecho normal en el futuro. Hubo un momento en octubre o noviembre en el que no podía ni siquiera sostener una botella de agua, incluso comer me resultaba difícil. No podía mover el brazo derecho con normalidad. Eso me infundió miedo”.
Y no se piensa qué es lo que más echa de menos después de tanto tiempo (incluso tras ganar en Sachsenring, 581 días después): “Lo que siempre echo de menos es la sensación de ganar. Es como una droga, cada vez te cuesta más y quieres más, te cuesta más y quieres aún más”.