RGNT, un fabricante sueco de motocicletas eléctricas, después de años de preparación, ha logrado entrar en el libro Guinness de los Récords al romper el récord mundial de velocidad sobre hielo con su motocicleta eléctrica. En lugar de limitarse a promocionar sus productos, RGNT ha optado por destacar su logro al superar los límites en la industria de las motocicletas eléctricas y al mismo tiempo, ganar una valiosa publicidad.
Es una marca emergente en la industria de las motocicletas eléctricas, que hizo su entrada en el mercado en 2019 con una gran determinación por vender en un mercado aún incipiente y complejo. Con ese propósito en mente, el pasado mes de febrero, la compañía sueca anunció su ambicioso plan de batir un récord mundial de velocidad en una moto eléctrica.
La motocicleta que se utilizó para establecer el récord no era una moto cualquiera. Se trata de la RGNT No. 1 Classic SE, un modelo de la marca que fue completamente modificado y rebautizado como “Proyecto Aurora”. El responsable de liderar el equipo de 40 personas detrás del proyecto fue Timmy Erikson, el ingeniero de la compañía cuya habilidad y destreza han sido fundamentales para el éxito del proyecto. Erikson ha invertido su tiempo libre después del trabajo y los fines de semana para sacar adelante el proyecto.
El equipo de RGNT tenía dos objetivos: demostrar el verdadero potencial de las motos eléctricas y, al mismo tiempo, llevar a cabo una agresiva estrategia de marketing. Para lograr esto, eligieron como escenario de su hazaña una pista helada, ya que, como suecos, se sienten como en casa en este entorno frío.
Según la compañía sueca, la moto fue construida a mano y está equipada con tecnología de última generación, cómo conectividad en la nube y una pantalla táctil atractiva. Sin embargo, para el récord, estas características no fueron lo que importaba. A pesar de que las especificaciones técnicas de la moto No. 1 Classic SE no son especialmente destacables, con una batería de 9.5 kWh que ofrece una autonomía de 91.6 millas (unos 150 km) y un tiempo de carga de aproximadamente 3 horas para pasar del 20% al 80%, el equipo de RGNT sabía que podían lograr más.
Los ingenieros de la compañía se pusieron manos a la obra y aumentaron la potencia del motor de la moto hasta los 30 kW, lo que equivale a unos 40 CV. Sin embargo, para lograr la velocidad necesaria, tuvieron que trabajar en la aerodinámica de la moto, que en su versión original no estaba optimizada para competir. Crearon un carenado de competición al estilo clásico para reducir la resistencia del aire, e incluso colocaron clavos en los neumáticos para mejorar el agarre en la pista helada.
El equipo de ingenieros liderado por Timmy Erikson logró superar los límites de su No. 1 Classic SE y demostrar que las motos eléctricas también pueden ser rápidas y emocionantes sobre el hielo.