Bicentenario: conoce la Ruta de la Independencia que siguió Simón Bolívar en La Libertad
A comienzos de 1824 la antigua Intendencia de Trujillo se convirtió en cuartel general del Ejército libertador
A finales de 1823 y en los primeros meses de 1824, el ejército libertador liderado por Simón Bolívar recorrió la actual región de La Libertad. Hoy, a 200 años de la independencia del Perú, la Comisión del Bicentenario de esta región invita a los peruanos a conocer los principales lugares que recorrieron estas huestes en la campaña del norte, previa a las batallas de Junín y Ayacucho que derrotarían definitivamente al poder español.
Se trata de una ruta alternativa a la acostumbrada por el sector turístico en La Libertad, que suele tener como puntos fijos de visita la ciudad de Trujillo, las playas de Huanchaco, Chicama y Pacasmayo, y los restos arquitectónicos de las culturas preincas como Chan Chan, la Huaca del Sol y la Luna, y el Complejo Arqueológico El Brujo.
Los novedosos destinos turísticos de la Ruta de la Independencia están básicamente centrados en el ande liberteño, que de acuerdo a Francisco San Martín, presidente de la Comisión Bicentenario, “no existe diferencia en estar en este paisaje andino o el suizo”.
“Nosotros promovemos la ruta que recorrió Bolívar en La Libertad; por ejemplo, uno puede ir a Otuzco, donde está la Virgen de la Puerta y luego puede seguir a Usquil, a Chuquizondo, donde vivió el mariscal Orbegoso, puede pasar por Coina donde el clima es fabuloso, a Santiago de Chuco y a Cachicadán donde hay aguas termales”, sostiene.
Es que como se conoce, a su llegada a Lima en 1823 por invitación del primer Congreso Peruano, Simón Bolívar se encontró con un país en conflicto. Tenía dos gobiernos paralelos, uno en la capital, liderado por José Bernardo de Torre y Tagle, y otro en Trujillo, al mando de José de la Riva Agüero. Además de la toma de la Fortaleza del Real Felipe por parte de las tropas realistas.
Entonces decidió marchar hacia el norte a finales de ese año para consolidar la independencia, unificar al país y entrenar a sus huestes, convirtiendo Trujillo en el cuartel general del ejército libertador durante 7 meses, según comenta el historiador y catedrático de la Universidad Nacional de Trujillo, Frank Díaz Pretell.
Agregó que Bolívar fue recibido con mucho entusiasmo por la población y en especial por Luis José de Orbegoso y su esposa, María Josefa Pinillos, quienes organizaron un banquete en su honor en su casa, la actual Casona de Orbegoso, en el centro histórico de Trujillo.
“Orbegoso se hace amigo de Bolívar y Bolívar también se gana a Luis José de Orbegoso. Pero cuando sale hacia Lima y de hecho, está en Huarmey se enferma, creo que sufría de paludismo, y se entera que Lima ha sido capturada por los españoles, entonces tiene que regresarse a Trujillo, que como antigua capital intendencial y ahora como capital de presidencia se convierte en cuartel general del ejército del libertador”, explica el historiador.
“Es aquí donde llegan los reclutas, los pertrechos y víveres para el ejército”, refiere, señalando asimismo, que Bolívar decidió partir a Huamachuco para aclimatar a las tropas en una ciudad con un territorio y climas muy similares a los de la sierra sur del país. “Lo hizo también porque allí conseguiría los recursos necesarios para sostener a los miembros de su ejército”, comenta.
Pero para llegar hasta Huamachuco debía pasar por la ciudad de Otuzco, donde hoy, como entonces, se pueden encontrar los baños termales de Cachicadán y Huaranchal, así como los petroglifos de Quirihuac y las cataratas de Sanchicón y Condornada.
En Huamachuco, ciudad de origen de José Faustino Sánchez Carrión quien fuera tribuno del Congreso Peruano y nombrado como jefe de gobierno por Bolívar, se quedó 4 meses y gracias al gobernador político de la ciudad, Pablo Diéguez de Florencia, se financió y entrenó a las tropas.
“Todo el norte del Perú, sobre todo La Libertad, se convirtió en abastecedor de ese ejército, con alimentos, medicinas y armas. En Huamachuco todavía existe la casa donde vivió Bolívar y otra donde vivió Sánchez Carrión, los escenarios naturales que son fabulosos”, afirma Francisco San Martín.
Por último, debió retornar hacia el sur y atravesar Santiago de Chuco -ciudad que se convertiría a finales de ese siglo en la cuna del vate universal, César Vallejo- para luego llegar al Callejón de Huaylas, el Callejón de Conchucos y desde allí por toda la Cordillera de los Andes hasta Junín y Ayacucho donde se dieron las batallas finales.
También se puede visitar a Cajabamba, donde vivió con Manuelita Sáenz, “que Bolívar llamó ‘Gloriobamba’, porque pensaba que había llegado a la gloria y realmente es así si uno ve los paisajes, las colinas suaves y el clima que es fabuloso”, finaliza el presidente de la Comisión Bicentenario de La Libertad.