La escasez de combustible en Iquitos ha dejado a cientos de motociclistas varados mientras el abastecimiento sigue siendo incierto por la baja del río Amazonas.
Iquitos enfrenta una crisis de combustible que ha dejado a cientos de motociclistas y conductores de mototaxis varados. Esta situación se debe a la disminución drástica del nivel del río Amazonas, que ha imposibilitado el traslado de combustible a través de las embarcaciones que surten a la ciudad. Sin esta fuente vital, el tráfico de vehículos menores, que son el pilar del transporte en la región, ha quedado prácticamente detenido.
Las largas filas en los grifos son ahora una constante en la ciudad. Desesperados por obtener algo de combustible, los motociclistas pasan horas esperando. Algunos, tras horas en la fila, solo logran abastecerse con pequeñas cantidades, mientras otros denuncian que el precio por galón ha llegado a elevarse entre 20 y 25 soles, lo que afecta gravemente la economía local.
Las autoridades locales han intentado calmar a la población asegurando que pronto se resolverá el problema. No obstante, la situación sigue siendo crítica. Hasta el momento, la mayoría de los conductores de motos y mototaxis no ha podido retomar sus actividades cotidianas, lo que ha provocado una paralización masiva en varias partes de la ciudad.
Petroperú, en un comunicado oficial, ha señalado que el suministro de combustible en Iquitos se está manejando de manera controlada. Además, anunciaron que doce embarcaciones ya están en camino desde Pucallpa y Yurimaguas para traer el tan necesario combustible. Sin embargo, los conductores siguen esperando una solución más inmediata.
A pesar de estas promesas, la preocupación crece. Los mototaxistas, quienes dependen diariamente del combustible para sus labores, han visto disminuidos sus ingresos. Muchos han tenido que pagar precios exagerados o simplemente dejar sus vehículos inactivos, lo que ha golpeado fuertemente la economía local.
El panorama sigue siendo incierto para Iquitos, donde la sequía del Amazonas no solo afecta la navegabilidad, sino que también pone en jaque la movilidad diaria de sus ciudadanos. Sin la llegada del combustible, las motos y mototaxis, que son el motor del transporte urbano, permanecen paralizadas, mientras la ciudad espera una pronta solución.