La madrugada del día 14 de marzo de 2019 será de infausto recuerdo para MotoE: un incendio provocó la pérdida de todas las motos y material de campeonato que este año debía estrenarse. Con la investigación todavía abierta no está del todo claro qué pudo provocar el fuego o por qué no se controló a tiempo.
El pasado jueves un incendio destruyó todas las MotoE en Jerez y puso en riesgo e propio campeonato. El estreno debía ser precisamente en el circuito andaluz y no podrá ser, aunque la organización ya ha confirmado que mantendrán las cinco pruebas en 2019, con cambios que irán notificando. Las causas de incendio no terminan de estar claras y los comunicados algo contradictorios de la organización no han ayudado. Siempre se ha desmentido que hubiera motos cargándose, pero sí parece que el fuego se originó en un nuevo cargador prototipo que estaban probando.
Tampoco sabemos qué vigilancia había en la gran carpa que albergaba todas las motos y resto de elementos que terminaron siendo pasto de las llamas, ni qué medios tenían a su disposición para afrontar un problema como este. En alguna noticia se decía que los bomberos habían usado más de 60.000 litros de agua para controlar el incendio: no hay que entender mucho de química para saber que el agua no es la mejor aliada para un fuego de origen eléctrico, y menos aún si hay baterías de Litio implicadas (el agua avivaría ese fuego).
En cualquier caso ¿cuáles son los peligros de las motos eléctricas? En su día publicamos un artículo acerca de los posibles riesgos de montar una batería de litio en nuestra moto de gasolina: es totalmente seguro. Pero la cosa cambia cuando la batería, en lugar de reservarse para su función habitual de arranque y control del sistema eléctrico, es como ocurre en las motos eléctricas la fuente principal de energía. Si una batería se degrada (ahora vemos por qué) puede terminar explotando. Y aunque no pase eso, tener almacenada tanta energía es arriesgado: un pequeño cortocircuito accidental se puede convertir en una gran tragedia.
Todos los vehículos eléctricos usan “celdas” básicas (como pilas recargables). Para conseguir suficiente capacidad, se montan grandes conjuntos de estas baterías, conectadas en serie (para aumentar el voltaje y potencia final) y en paralelo (para aumentar su corriente y autonomía). Se llegan a juntar centenares, en algún caso miles, de “celdas” básicas formando la gran batería principal. Y ése es el problema principal: aún con tolerancias de fabricación muy estrechas e incluso preseleccionando elementos, no todas las pequeñas baterías se cargan y descargan exactamente igual a cien por cien.
Para evitar desequilibrios se usan circuitos que monitorizan la carga de cada una de las celdas, o grupos de ellas. Se le llama BMS (Battery Management System) y es el responsable de que, al descargarse, ninguna llegue más allá de un límite “salubre”. Luego, al cargarse, el BMS se asegura también de que ningún elemento pueda superar las condiciones seguras de carga. Esto es muy importante: si una batería de Litio se carga por encima de su voltaje máximo permitido, se descompone y se incendia o explota. Cuando tenemos decenas o centenares conectadas, y las cargamos todas juntas, no es difícil que eso suceda (por esas diferencias de fabricación entre elementos) y por eso es tan importante el BMS que controla el proceso de carga. Eso, y otra cosa:jamás deben dejarse cargando baterías de Litio sin que alguien esté pendiente de ellas. Además de las baterías en sí, el BMS también puede fallar y tiene que haber alguien que corte la corriente o apague el fuego a tiempo.
Como es sabido las MotoE son motos del modelo Ego Corsa de la italiana Energica. Montan un motor de 120 kW (163 CV) con transmisión directa (sin embrague, no necesario con motor eléctrico, ni cambio) y se alimentan de una batería de iones de Litio con una capacidad aproximada de 20 kWh. Aquel día en Jerez, si no se estaban cargando y el fuego se originó en alguna de las baterías de las motos, algo fue mal cuando se habían cargado la tarde anterior. Por desgracia los ordenadores donde estaba la información de esas cargas (y los datos del BMS) se han quemado también.
¿Es peligroso tener tantas baterías? No necesariamente. La Fórmula E está en marcha desde hace cinco años (se inició en 2014), sin incidentes, y este año han dado un salto con cambio de reglamento técnico y coches. Lo más visible es, además de sus mejores prestaciones con motores de 250 kW (es decir unos 340 CV) es que las baterías también han aumentado capacidad y ya no necesitan hacer la parada a media carrera para cambiar de coches (y baterías). Las baterías las monta como proveedor único McLaren y es un conjunto de 54 kWh formado por 209 “celdas” (elemento básico de la batería), cuando antes tenían 165, cuya química no se conoce pero deberían ser algún tipo con base de Litio. En principio estas baterías se usarán hasta el año 2025.
Esperemos que se descubra qué pasó para evitar que vuelva a ocurrir y que las MotoE den espectáculo.