Las motos de tres ruedas han enamorado a muchos usuarios por la mayor sensación de seguridad que transmiten. Y aunque presentan algunos inconvenientes respecto a las tradicionales, también ofrecen algunas ventajas y mucha más tecnología.
Cuando aparecieron los primeros modelos en el mercado europeo hace algo más de una década -a la italiana Piaggio corresponde el honor-, la mayoría de usuarios las consideraron una excentricidad a la que se auguraba una corta vida comercial. Hoy en día las motos de tres ruedas -”triscooter” si se trata de vehículos urbanos y “trimoto” de carretera- forman parte del panorama habitual de nuestras ciudades y cada vez más marcas se animan a lanzar sus propuestas.
El concepto de moto con dos ruedas en el tren delantero -no confundir con los desaparecidos “Trike” que llevaban las dos ruedas en el eje posterior- nació hace casi un cuarto de siglo en Japón para ser destinado, en principio, a vehículos de reparto.
Por supuesto no pasó mucho antes de que la idea se adaptara también a vehículos particulares aunque la primera propuesta -el Piaggio MP3- llegó una década más tarde a Europa en parte por el temor a la reacción que el conservador mercado del viejo continente iba a tener ante aquella revolucionaria propuesta.
Y no, las reacciones iniciales no fueron buenas. Una moto debía tener dos ruedas, o no era una moto. Además, esos “triscooter” eran más pesados, voluminosos, menos maniobrables y caros.
De hecho, la marca italiana se estuvo preguntando durante un par de temporadas si se había metido un tiro en el pie con los tres ruedas, pero la inversión archi millonaria ya estaba hecha y no le quedó más remedio que aguantar el tirón.
Sin embargo, si algo tienen los italianos, es que son muy buenos vendedores y supieron entender de inmediato que quien se interesaba por un MP3 no era un usuario experimentado y habitual de scooter, sino alguien con cierta prevención a las dos ruedas. Piaggio redobló entonces la apuesta publicitaria y de promoción, insistiendo en el punto en que los triscooter son imbatibles: la mayor seguridad y estabilidad que aportan en relación a los convencionales. Y la estrategia funcionó.
Hoy en día la pionera Piaggio, la francesa Peugeot y la japonesa Yamaha mantienen modelos de tres ruedas en sus catálogos y la taiwanesa Kymco ya ha presentado también la suya, que podría llegar a Europa la próxima primavera.
¿Tres mejor que dos?
Lo cierto es que tanto los detractores como los enamorados de las tres ruedas tienen razón. El sistema presenta los inconvenientes lógicos de un mayor peso y menor maniobrabilidad, ya que se trata de vehículos con un tren delantero doble que no solamente debe sujetar las ruedas -como lo haría el de un pequeño automóvil- sino bascular con ellas para que la moto pueda inclinarse en las curvas.
Obviamente, todo eso los hace más aparatosos, implica tecnología y en definitiva también un precio mayor. En cuanto a la capacidad de ratonear entre automóviles, las dos ruedas son claramente más dinámicas.
Por lo que se refiere a la aceleración, los triscooter también son algo más lentos debido a su peso más elevado, pero todos montan motores potentes y no hay que preocuparse por las prestaciones.
Ahora bien, si atendemos a la estabilidad y a la seguridad que se transmite sobre cualquier tipo de pavimento -incluso los de menos agarre como are- y en una frenada de emergencia las tres ruedas juegan en otra liga.
La gran mayoría de caídas en moto de dos ruedas se producen cuando se “pierde” el tren delantero. Con un tres ruedas esta posibilidad se minimiza hasta lo anecdótico, de modo que, si se trata de transmitir tranquilidad y confianza, las dos ruedas no tienen nada que hacer.
Otra de las grandes ventajas es que, al detenerse en un semáforo en rojo, no es necesario poner un pie en el suelo gracias al sistema de bloqueo de las ruedas delanteras “roll lock”.
Los triscooter tienen, además, otro punto positivo que comercialmente los hace muy interesantes para ese perfil de usuario poco purista: todos ellos han sido homologados como cuadriciclos y pueden conducirse con carnet B.
Es importante señalar, sin embargo, que un scooter triciclo sigue siendo un scooter a todos los efectos, es decir que su conductor está sujeto a la obligación de ir equipado con casco y guantes.
Fuente: La Vanguardia