La avenida Brasil, una de las vías más importantes de Lima Metropolitana, ha sido escenario de numerosos accidentes de tránsito en los últimos años. El exceso de velocidad, la invasión del carril exclusivo para el transporte público, las maniobras imprudentes y los peatones que cruzan por espacios no autorizados son algunas de las principales causas de estos incidentes.
Con 42 cuadras de longitud, la avenida Brasil atraviesa cinco distritos: Cercado de Lima, Breña, Jesús María, Pueblo Libre y Magdalena del Mar. Es reconocida como una de las vías más transitadas de la capital peruana. Sin embargo, la imprudencia de los conductores y el exceso de velocidad son factores recurrentes que generan accidentes vehiculares con graves consecuencias.
En muchos tramos de la avenida, los conductores de vehículos privados y motociclistas no siguen el recorrido adecuado al cruzar la vía. En lugar de dar la vuelta a la manzana y atravesar la avenida Brasil correctamente, entran diagonalmente e interfieren en la circulación de los autobuses que utilizan el carril central exclusivo para el transporte público. Aunque se ha extendido un sardinel desde la cuadra 30 hasta un poco más allá de la cuadra 32, los conductores irresponsables continúan realizando giros en “U” en lugares prohibidos.
Es importante tener en cuenta que los límites de velocidad establecidos en el reglamento no significan que los conductores deban ir a esa velocidad en todo momento. La velocidad debe ser prudente y razonable, considerando el entorno, como la presencia de niños, mercados, peatones y otros vehículos. Los conductores de transporte urbano no deben ir a los límites máximos establecidos, ya que tienen un tiempo de viaje establecido que implica una velocidad promedio inferior al límite. Desafortunadamente, esto no siempre se respeta.
La avenida Brasil cuenta con rejas que separan los carriles de vehículos particulares del carril central para el transporte público. Sin embargo, se han observado rejas rotas o retiradas a la fuerza, lo que permite que los peatones atraviesen la vía por lugares no autorizados, poniendo en peligro su vida y la de otros.
Para abordar estos problemas, se ha sugerido implementar un sistema de control electrónico y videovigilancia. Las cámaras con medidores de velocidad podrían mejorar la situación al controlar el exceso de velocidad, las maniobras temerarias, los giros prohibidos y otros problemas. Se ha citado el ejemplo del Callao, donde la instalación de medidores de velocidad y cámaras de vigilancia ha llevado a una reducción significativa de los accidentes de tránsito y de las fatalidades.
Para abordar estos problemas, se requiere una mayor aplicación de las regulaciones de tránsito, así como la implementación de sistemas de control electrónico y videovigilancia en toda la ciudad.